PERGOLAS DE MADERA EN KIT ✔️ Precios y Modelos ✔️

Podemos encontrar diferentes tipos de pérgolas en el mercado, pero te vamos a comentar las más conocidas para que te puedas hacer una idea de las opciones que tienes:

Pérgolas de madera: son las más frecuentes y esto no es una casualidad puesto que las pérgolas de madera son muy resistentes a las inclemencias meteorológicas y, además, son un elemento decorativo más de tu espacio exterior integrándose perfectamente en cualquier estilo o diseño.

Pérgolas de obra: están fabricadas con hormigón, con cemento o con ladrillo. Su coste es mayor y son fijas, por lo que no podremos moverlas o reorientarlas si lo necesitamos.

Pérgolas textiles o de lona: se instalan sobre estructuras de madera o aluminio y es necesario cambiarlas a lo largo del tiempo porque se deterioran.

Este tipo de pérgola está fabricada directamente en fábrica y se entrega en el lugar deseado. Cada una de las piezas que conforman estas pérgolas está cortada a la medida exacta y con las condiciones necesarias para que todas las partes encajen a la perfección.

Las pérgolas de madera en kit se sirven empaquetadas por módulos y con las instrucciones de montaje y la tornillería necesaria para garantizar que el acabado final sea perfecto.

Es importante asegurarse que el terreno sobre el que va a ir instalada esta pérgola está totalmente nivelado para que la construcción tenga el resultado deseado.
 

La vida útil de las pérgolas de madera es muy larga, pueden durar en perfecto estado de conservación más de 70 años ya que la madera es de muy alta calidad y es tratada por inmersión desde el momento de su tala contra el ataque de xilófagos y humedades.

Además de estos tratamientos, es aconsejable que cada 10 años aproximadamente, se aplique un mantenimiento para la madera muy sencillo pero muy efectivo que va a hacer que la durabilidad sea aún mayor.
Este tipo de maderas son muy resistentes a las inclemencias del tiempo y a la acción del sol.

Los usos que se le pueden dar a las pérgolas son muy variados y, dependiendo de cómo esté orientado este uso, decoraremos el espacio de una forma u otra.

Las pérgolas son espacios ideales para tener un comedor exterior donde disfrutar de entretenidas veladas con amigos o con la familia alrededor de una mesa. Los mejores momentos siempre van acompañados de comidas o cenas que siempre nos alegran a todos.

También se puede usar como espacio exterior de relax, por lo que el mobiliario y la decoración que debemos elegir ha de estar en consonancia con este uso específico.

La versatilidad de las pérgolas nos abre muchas oportunidades de uso y de disfrute de nuestro jardín.

Podemos decir que, en líneas generales, una pérgola es más cara que un toldo, sobre todo si hablamos de pérgolas bioclimáticas o las que cuentan con un techo de cristal o de policarbonato.

El precio de los toldos tampoco es tan diferente al de la pérgola, puesto que existe un amplio abanico de modelos y por lo tanto de precios.

Lo que sí debemos tener en cuenta es que una pérgola no nos va a ofrecer el mismo servicio que un toldo puesto que esta se puede instalar en medio de nuestro jardín o en cualquier rincón ideal para ello, mientras que los toldos suelen ir anclados a la pared y nos limitan más el uso del exterior.

Generalmente, las pérgolas de madera suelen ser más económicas que las pérgolas de hierro o de aluminio. Además, de ser más económicas tienen otros beneficios que estos materiales no pueden ofrecernos como son la gran integración que tienen en cualquier tipo de espacio y el poder decorativo tan grande de la madera.

La madera siempre ha sido un elemento decorativo con mucho poder tanto en interiores como en exteriores. Sea cual sea el estilo en el que se integre la madera, le va a aportar a ese espacio un carácter especial, mucha calidez y personalidad y esto no se puede conseguir con los metales.

Para conseguir tener una pérgola ideal, no solamente debemos tener en cuenta la altura, también es muy importante que la superficie de suelo cubierta sea la que necesitamos para que cumpla con el objetivo que nos hemos propuesto.

En cuanto a la altura, es fundamental que las pérgolas no tengan una cubierta demasiado baja para que no nos de la sensación de agobio, por lo que, lo más habitual, es que las pérgolas tengan una altura de entre 2 a 4 metros.

Si hablamos de la superficie del suelo, lo mínimo que una pérgola debe cubrir son 1,20 m y esto ya es demasiado escaso. Podemos decir que una pérgola que realmente merezca la pena debe tener entre 3 y 6 metros de suelo cubierto tanto en ancho como en profundidad.
 

Las posibilidades de cubrir una pérgola son muy variadas. Hay quien prefiere dejar la parte superior descubierta y que plantas trepadoras la cubran para dar sombra natural, aunque esto requiere de una limpieza más continuada.

También se puede optar por cubrir la parte superior con lonas o con teja, dependiendo de la resistencia y del peso que puedan soportar los postes.

Existen materiales que son imitación a teja que cumplen perfectamente con la función de tejado y su peso es mucho menor que el de la teja de cerámica.

Otra opción es el machihembrado de madera que da un toque elegante y decorativo muy bonito y que, además, resguarda de la lluvia y del sol.

Hay diferentes maneras de cubrir una pérgola del sol.

Se puede cubrir con toldos deslizantes o fijos, ondulados o rectos que van a proteger perfectamente contra la acción del sol, pero que no va resultar tan efectivo si queremos protegernos de la lluvia.

Otra opción es cubrir con madera machihembrada. Esta opción es mucho más completa y, además, complementa decorativamente hablando, mucho más el espacio.

También se puede cubrir con materiales que imitan a la teja pero que son mucho menos pesados que esta, por lo que las vigas y pilares van a tener que soportar mucha menos presión.

Las opciones son muy diversas. Podemos optar desde plantar plantas trepadoras que lleguen a la parte alta de la pérgola y se enreden en sus vigas haciendo la función de sombra y protegiéndonos de los rayos directos del sol, hasta instalar toldos fijos o deslizantes, o techos de madera machihembrada o materiales que imitan a la teja.

Todas estas opciones son perfectamente válidas para cubrir la parte alta de la pérgola, aunque no todas nos van a proteger de todos los fenómenos atmosféricos. Las plantas, por ejemplo, nos van a ofrecer una sombra natural muy buena y agradable, sin embargo, en días de lluvia no van a ser la mejor solución.